Debería tener fe. He perdido la fe en todo dios, he perdido la razón o la razón perdió el juicio y ahora sigo buscando lo inexistente. Ni la ilusión en el mejor pasado me ha dejado este presente. Debería estar con mi/algún amorcito acá y no buscando lo que no será. Pero no puedo desde que me convencieron en afirmar que la ilusión sólo puede fabricar ilusos, que vendrían a ser como idiotas sin genius. Estoy apestado de mierditas como viruela boba y cada amanecer insomne me hundo en la trágica conciencia del vacío y su correspondiente horror/honor que aturde hasta el sordo dolor de saberse ajeno a sí mismo. Debería estar lleno, estoy vacío. Atado a cositas estoy, que un faso, que un disco triste compilado por madaví, el maldito diciembre de Fetiche Smurov, y sobre todos Andrelo, mi hermano músico amigo furtivo de la zurda, y sobre todo todos los que me cuidan cuando me vacío como en este verano vacío. Debería estar en el sur-oeste y sin embargo acá estoy defendiendo los cuchillos que aun me esperan afilados.
Todo para poder contar que hoy (no) me desperté con dos cuchillos como manos. Debería saber cuándo decidí dormir con los cuchillos atados al cuello, ni siquiera recuerdo haberme acostado. Tan vacío es mi vacío que prefiero quererlo, si se me va el vacío ya no me queda ni un respiro a la tragedia. Mejor me voy a ver la tele. Uy, mirá (como si alguien hubiera a mi lado) están dando una película japonesa en canal dos